Las leyendas y la magia rodean la isla de Niret. Se dice que los fantasmas la sobrevuelan y que, en sus aguas, los mayores anhelos se hacen realidad. Sin embargo, en muchas ocasiones, el viaje hasta allí es únicamente de ida. Pero Kesha, desorientada desde la muerte de su hermano, ya no tiene nada que perder; salvo, quizá, los retazos de sueños que, día a día, se desvanecen entre los rollos de la sastrería familiar. Y Maelia, que vive entre lienzos y pinturas de colores, no dudará en seguirla con el fin de romper el molde que su agente ha creado para ella, donde el arte carece de sentido. Después de muchos años separadas, ambas se encontrarán en el cráter del volcán, y allí descubrirán que la aguja y el pincel son dos armas capaces tanto de curar como de destruir.