Killari, la princesa peruana, está deseando ver a sus padres, los soberanos, y a sus hermanos, que la esperan en el aeropuerto de Cuzco, pero no puede evitar sentir una enorme pena por separarse de sus amigas de la habitación Diamante con las que ha compartido su vida, proyectos e ilusiones durante todo el curso en la Escuela de Princesas de Davós: Agalia, Hansini, Wen, Efigenia, Melody y Zina. Sin embargo, recibe la sorpresa de la visita de sus amigas, y lo que parecía un verano bastante aburrido se convertirá en un enigmático viaje al pasado, o al futuro, según se mire, que le hará escribir ríos de tinta en el diario que le ha regalado su amigo el sabio Paracelso.